"Ven. Siéntate conmigo en el césped
antes de que otro césped crezca con tu polvo y el mío."

(Omar Jayyam, Rubaiyyat)

jueves, 28 de marzo de 2019

UNA MAÑANA EN EL INVERNADERO









UNA MAÑANA EN EL INVERNADERO

(Galería fotográfica)






     En medio de esta torre de Babel en que se ha convertido nuestro existir confuso, silenciados por el ruido y la furia de la intolerancia, exacerbados por voceros del individualismo más agresivo, desorientados en el maremágnum de noticias falsas y execrables populismos, huérfanos de una justicia sin dueño, escorada hoy hacia un autoritarismo doctrinario y punitivo, ensordecidos por las jaurías del oscurantismo, exigimos a la vida emociones en cinemascope.






Solicitamos un protagonismo de caché estrafalario.





Borramos de nuestro horizonte cualquier destino que no nos aúpe a los escaparates de la megalomanía.






Discriminamos la realidad con el anteojo de acharoladas fantasmagorías comerciales.






Nos jugamos al todo o nada nuestra existencia emocional.






Requerimos megafonías mayúsculas para el discurso artístico y los requiebros de la sensibilidad.






Negamos existencia incluso a nosotros mismos, si no aparecemos ante el mundo en titulares de 72 puntos.
















Mientras tanto, ignoramos la infinita riqueza de formas con que la vida responde a las condiciones de su existencia.














Nos hacemos ciegos a la prodigiosa variedad de diseños y recursos.










Olvidamos la esencia inefable de la hermosura, acabada y sublime en estructuras mínimas, ante las que pasamos de largo con insensible arrogancia.










Despreciamos la plenitud magistral de todo lo que celebra su propia realización por debajo de la altura de nuestros ojos.











Desdeñamos la grandiosa humildad con que la auténtica belleza se manifiesta en lo pequeño e intrascendente, siempre fiel a sí mismo, como respuesta a los estímulos y condicionantes del entorno.

















Para acabar, con nuestra voracidad pantagruélica, poniendo en riesgo el frágil equilibrio de nuestra propia realidad.
















Imágenes realizadas en colaboración con Javier Arellano en el jardín botánico de Ginebra, marzo 2019.