Si bien esperada era la cita anual con la Feria del Libro en el madrileño Paseo de Carruajes del Retiro, no menos esperada era la lluvia sobrevenida en copiosa abundancia y persistencia en medio de la actual situación de alarmante sequía que venimos padeciendo como consecuencia del cambio climático. ¿Habríamos querido que ambos eventos no coincidiesen? Sí, por supuesto. Habría sido deseable. Pero nunca llueve a gusto de todos y, reconociendo solidariamente prioridades generales, dadas las condiciones adversas, se hizo lo que se pudo, derrochando entusiasmo y optimismo.
Mi paso por esta edición de la Feria del Libro madrileña ha concluido. Puede decirse que, con esta feria literaria de primer orden, mi novela Wonderworld ha hecho su puesta de largo en sociedad, de lo que me siento orgulloso, no sólo por su cálida acogida como por los elogios y buenas críticas que a nivel personal ha ido recibiendo por el camino. Han sido tres largas jornadas de Feria, en las que he de agradecer la sincronizada y atenta organización de la editorial, BOHODÓN, así como la generosa y cordial asistencia tanto de amigos y conocidos que se han acercado a saludar o a por su ejemplar de la novela como de desconocidos que han mostrado su interés por la misma, entablando interesantes conversaciones en torno a ella y, en ocasiones, incluso llegando a comprarla. A todas estas personas les envío desde aquí mi agradecimiento y, como he reflejado en alguna que otra dedicatoria, no sólo espero que les guste el libro, sino que el mundo les sea / nos sea "realmente maravilloso".
Dejo constancia de días tan emotivos con este pequeño reportaje fotográfico, realizado por Javi Arellano.
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